La terrible tragedia se inició tras una discusión entre reclusos del pabellón 8, en la cárcel de Tuluá. Según autoridades, cuando pretendían calmar la situación algunos presos prendieron fuego a sus colchones, hecho que se salió de control.
Las llamas se propagaron rápidamente y los más de 160 presos del pabellón comenzaron a enfrentarse a un incendio de grandes magnitudes, con una sobrepoblación del 17% y en una infraestructura obsoleta, ya poco se pudo hacer.
Hasta el sitio acudieron bomberos, quienes intentaron salvar vidas en medio de los gritos de auxilio, pero lamentablemente 51 reclusos perdieron la vida.
Familiares indicaron que muchos fallecieron en las celdas, impotentes y acorralados por las llamas y el espeso humo.
Finalmente el fuego fue controlado, pero el panorama era desgarrador. Decenas de heridos fueron llevados a centros asistenciales, dos de ellos murieron en hospitales del municipio y otros 49 fallecieron en el interior el pabellón.